26 de octubre de 2019

La noche en que pude haber visto tocar a Dizzy Gillespie - Antonio Tocornal

Apenas acabo de terminar las últimas páginas de esta novela y ya siento el vacío que dejan las obras que calan. Se trata de un trabajo arrollador propulsado por esa voz inconfundible e hipnótica que posee Antonio, el cual parece que te aborda en la barra de una taberna con solera y se arranca a narrar la hazaña. Con una conjugación medida de gracia y sabiduría, viajamos a un París de finales de los ochenta donde el protagonista, un pintor que trata de abrirse hueco, narra los apocados fondos del panorama artístico. En él se mezclan genios, trasnochados, vividores, virtuosos, prostitutas y fieras salvajes, conformando un grupo en el que sobrevivir de su propio genio subyace como arte.

23 de octubre de 2019

Lazos para la discordia


Dice un sabio cartagenero que "Tal vez una de las desgracias de España, y origen de tanto daño, es que demasiada gente sólo tiene amigos cuyas ideas y palabras se ajustan exactamente a las suyas". A lo que, debido a mi condición de paisano de nacimiento, me permito añadir que "Otra de las desgracias es la necesidad de legitimarse a costa de reprender al prójimo hasta el escarnio". Hablando del prójimo, cabe señalar el célebre Mateo 19:19, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, que algún capítulo después eleva a uno de los grandes mandamientos entregado por Jesús a sus discípulos. Estos tres pasajes se combinaron en Alicante el pasado sábado, elevándolo a la categoría de paradigma de estos tiempos convulsos.

18 de octubre de 2019

Haters y Mendigos



La primera vez que lo vi aparecer, supe que había llegado mi fin. Dicen que la carrera de todo artista tiene un momento de esplendor creativo máximo, llamado culmen, el cual precede al declive paulatino, la vergüenza ajena y la muerte. No necesariamente se suceden en ese orden. En el caso de Saramago fue la novela 'Todos los nombres', en el de Radio Futura su primer ensayo y en el de Gregorio Esteban Sánchez Fernández, más conocido como 'Chiquito de la Calzada', fue 'Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera'.

13 de octubre de 2019

Deudas Sanas


Siempre he escuchado tópicos como "la edad pasa factura" o "los años no perdonan" con una actitud burlona, casi desafiante. Hace no tanto, atravesaba las noches sin apenas dormir. Regaba mis vísceras con gasolina, mis piernas danzaban sobre un mar de adrenalina y llegaba fresco a la mañana siguiente para labrar campos de almendros, ordeñar diez granjas de vacas, correr una maratón o atravesar el Estrecho de Gibraltar a nado. No sé en qué momento reciente todo cambió: los primeros plazos del crédito de salud que creía infinito habían vencido y mi cuerpo decidió empezar a saldar cuentas pendientes.

10 de octubre de 2019

Viajar pegados

"Perdone, pero se ha sentado usted en mi asiento", me dijo una señora desconocida de voz amable. Me mostró su billete y ambos comprobamos que habíamos sido asignados en el mismo asiento. La tripulación apremiaba a los pasajeros a sentarse, por tanto optamos por la opción más sensata: me senté en las piernas de la señora. Tras un viaje de cuatro horas, descubrimos que nos habíamos quedado pegados el uno al otro. Probamos médicos, alquimistas y magos, pero ninguno consiguió separarnos.

Sentados, en un nuevo viaje, un nuevo desconocido nos ha interrumpido: "Perdonen, pero se han sentado ustedes en mi asiento".

24 de septiembre de 2019

Fama Fantasma


Desde que me mudé de casa, he sido víctima de los antojos y extravagancias de una familia de muertos. La vivienda era modesta y los techos de basta altitud remarcaban su antigüedad. Además de la cercanía al centro y al puesto donde calentaba el culo, al que entre mis allegados me refería como trabajo, me atrajo su ínfimo precio. Al parecer la vivienda llevaba vacía diversos años y los intentos por buscar inquilinos habían sido infructuosos, desatando la frustración y el enojo entre dueños e inmobiliarias.

17 de septiembre de 2019

Sobre Concursos Literarios

El joven que escribía pensó que sería buena idea presentar sus torpes palabras a un certamen literario. Quería que sus historias volaran hacia ojos críticos, medir su ego con el de otros desconocidos que también se manchaban por afición las manos de tinta y si el camino le repercutía un pellizco, una comilona o una entrevista, mucho mejor. Tras una búsqueda concienzuda, dio con un concurso que convocaba el ayuntamiento de un pueblo perdido entre olivos y almendros. El tema era libre, así que compuso un texto sobre un sanguinario pirata que se quedaba repentinamente en paro y se reciclaba como monitor de comedor escolar.

Le añadió una pizca de picante y sal a la historia y metáforas de tres al cuarto, sin pasarse pues los paladares de los jurados de hoy en día se habían vuelto tibios, siendo alto el riesgo de salar, empalagar o amargar. El joven que escribía pasó noche y día escribiendo, mientras en su casa se amontonaban los cartones de pizza y el papel de aluminio de kebab que conformaban su único método de supervivencia. Después lo repasó una y otra vez, lo pulió, intercambió el final con el principio diez veces. El pirata se transformó sucesivamente en payaso, mafioso, cura, león y de nuevo pirata. Casi cuando estaba por mandarlo, se lo dejó ver a dos o tres amigos de su confianza. Le dijeron que era lo mejor que se había escrito desde 'El Alquimista', por lo tanto supo que todo estaría mal, el tema manido y el final previsible. Finalmente, aburrido de leer y releer, se decantó por entregarlo.

3 de septiembre de 2019

Así En El Cielo


Os presento un nuevo relato 'Así En El Cielo', relato incluido para el especial Fin Del Mundo del boletín literario valenciano Papenfuss. En dicho especial se recoge un espectacular plantel de escritores que han escrito unos relatos impresionantes. Pinchando este enlace podéis acceder a la versión digital del número especial. También podéis leerlo en las siguientes lineas...

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Aquella mañana amanecí maldiciendo al móvil por no haberme despertado a la hora que él y yo habíamos acordado. Eran cerca de las diez y debía estar exponiendo una serie de datos que había maquinado la noche anterior ante nuestro principal cliente. El cliente en cuestión estaba representado por un señor que pasaba la cincuentena, con aspecto de santurrón, el cual poseía una barriga hipnótica que escapaba de los límites que le marcaba su camisa de raya diplomática. Durante una hora cada dos semanas, le presentaba una retahíla de resultados y gráficas que ni yo mismo entendía, tratándole de convencer de que los beneficios de su negocio crecerían con nuestra ayuda y de que continuara apoquinando y confiando en nuestra seria y reputada empresa. Él solía asentir sonriente y, una vez satisfecho, me invitaba a atiborrarnos de platos de jamón y rebujitos en un local colmado de imágenes de vírgenes y hombres crucificados, hasta que éste caía noqueado. Cariñosamente, le llamábamos el Cerdito Piadoso.

27 de julio de 2019

Despedida En La Granja


Este pasado fin de semana estuve en mi primera despedida de soltero. Se trataba de la protagonizada por uno de mis grandes amigos: Oso Jones, al cual conocí cuando ambos cursábamos económicas en la universidad. Él había venido en un programa de intercambio entre osos pardos de Alaska y colibrís locales que iban a aprender inglés en sus gélidas praderas. Tras probar nuestro suave clima y el salmorejo, el rebujito y las fiestas flamencas, Oso Jones se enamoró de una muchacha de por aquí, fue correspondido y decidió establecerse definitivamente por estos lares.

23 de julio de 2019

Fiebre de la Opulencia Moderna y el Ostracismo (FOMO)


Tengo la sensación permanente de que hay algo que me estoy perdiendo. El tiempo pasa y yo me lanzo decidido contra él. Trato de abarcar toda su extensión y exprimir cada uno de sus segundos como si de una naranja se tratase. Sin embargo, siempre caigo derrotado, extasiado ante su persistencia y ahogado por las manecillas del reloj.