22 de noviembre de 2019

Arroz Congrí

En ocasiones, el hambre feroz precede a un empacho de terribles consecuencias. Ella desprendía el aroma que sólo los fogones experimentados pueden exhalar después de preparar potaje. Su sabor era el de un mango en el punto exacto de maduración, empapando de almíbar su tez pajiza. El dulzor físico contrastaba con la acidez que envolvía a su exótica personalidad. El día después de conocerla, me sorprendió con un mensaje que decía “además de instructora de meditación, soy detective aficionada y quiero descubrir cómo combinan tus especias con las mías”. Sólo la falta de alimento para el alma podría explicar el desliz, la sed insaciable para la cual no existe jugo que la calme.

17 de noviembre de 2019

¡A por el bote, oé!


En la noche del domingo pasado, frente a la sede de un partido que se define como muy español, una masa excitada de seguidores gritaba "Un bote, dos botes, español el que no bote". Tras dar cuenta del error de sintaxis, los cánticos se tornaron hacia un inquietante "A por ellos, oé", en el cual no quedaba claro a quién querían hacer referencia con ellos. A pocos kilómetros de distancia, en la sede del partido ganador, el ambiente no difería mucho. Una multitud contenida de simpatizantes coreaba "Con el de la iglesia sí, con el veleta no", mientras su líder trataba de acallarlos demostrando, más si cabe, una insólita pericia por evidenciar su torpeza.

12 de noviembre de 2019

Sueños fritos

Ayer soñé que era una croqueta de puchero. Estaba hecho de hilos de pollo, tropezones de garbanzos y restos de tocino. Mi creador, el que me había cocinado en una sartén de aceite hirviendo, me servía en una bandeja junto con otros hermanos croquetas. Mi aspecto era inconfundible: tenía el cuerpo cubierto de costras negras por haberme frito de más. Con preocupación observé cómo el resto de croquetas desaparecían entre gritos de horror y yo permanecía sobre la bandeja. Nadie me comió y acabé en la nevera tiritando de frío. Cuando desperté del sueño, no sabía si meter mi cabeza en el microondas o lanzarme al contenedor de residuos orgánicos.

Por eso, en solidaridad con su terrible destino, he tomado una decisión: lloraré de cínica rabia cuando vuelva a devorar a una de mis deliciosas compañeras.

5 de noviembre de 2019

El Club De La Lucha - Chuck Palahniuk

No tengo reparo en admitir que soy un completo ignorante de las referencias de la cultura contemporánea. No he visto ni una entrega de la saga de 'Star Wars', no he leído a Tolkien, ni tampoco he escuchado ninguna canción de Coldplay. Quiero pensar que estas influencias fueron sustituidas por 'El Milagro De P. Tinto', los libros de Dulce Chacón y la adrenalina de Barricada. Sin embargo, me niego a ser esclavo de la autenticidad y la marginación cultural. Por eso, me lancé al rin de El Club De La Lucha, novela de culto internacional.

30 de octubre de 2019

El Vuelo Del Vencejo


Ayer mi agenda había una cita marcada en rojo. Como aspirante a malabarista de las palabras, acostumbro a hacer acopio de certámenes literarios en los que presentar mi candidatura. A pesar de la torpeza y la falta de talento, he cosechado una colección de historias que adapto a conveniencia de las bases. Sin embargo, hay una modalidad alternativa que también ocupa mi tiempo y descarría mis esfuerzos: los certámenes de temática específica o también conocidos como la selva. En ellos anidan elefantes, hienas, leones, chimpancés, oasis y excursionistas incautos como yo. Un ejemplo ilustrativo es el concurso de microrrelatos convocado por una multimillonaria petrolera para concienciar sobre el cambio climático y la desigualdad; o el certamen de relatos para patrocinar el jamón de Teruel, cuyo premio consiste en adoptar a un cerdo vietnamita.

26 de octubre de 2019

La noche en que pude haber visto tocar a Dizzy Gillespie - Antonio Tocornal

Apenas acabo de terminar las últimas páginas de esta novela y ya siento el vacío que dejan las obras que calan. Se trata de un trabajo arrollador propulsado por esa voz inconfundible e hipnótica que posee Antonio, el cual parece que te aborda en la barra de una taberna con solera y se arranca a narrar la hazaña. Con una conjugación medida de gracia y sabiduría, viajamos a un París de finales de los ochenta donde el protagonista, un pintor que trata de abrirse hueco, narra los apocados fondos del panorama artístico. En él se mezclan genios, trasnochados, vividores, virtuosos, prostitutas y fieras salvajes, conformando un grupo en el que sobrevivir de su propio genio subyace como arte.

23 de octubre de 2019

Lazos para la discordia


Dice un sabio cartagenero que "Tal vez una de las desgracias de España, y origen de tanto daño, es que demasiada gente sólo tiene amigos cuyas ideas y palabras se ajustan exactamente a las suyas". A lo que, debido a mi condición de paisano de nacimiento, me permito añadir que "Otra de las desgracias es la necesidad de legitimarse a costa de reprender al prójimo hasta el escarnio". Hablando del prójimo, cabe señalar el célebre Mateo 19:19, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, que algún capítulo después eleva a uno de los grandes mandamientos entregado por Jesús a sus discípulos. Estos tres pasajes se combinaron en Alicante el pasado sábado, elevándolo a la categoría de paradigma de estos tiempos convulsos.

18 de octubre de 2019

Haters y Mendigos



La primera vez que lo vi aparecer, supe que había llegado mi fin. Dicen que la carrera de todo artista tiene un momento de esplendor creativo máximo, llamado culmen, el cual precede al declive paulatino, la vergüenza ajena y la muerte. No necesariamente se suceden en ese orden. En el caso de Saramago fue la novela 'Todos los nombres', en el de Radio Futura su primer ensayo y en el de Gregorio Esteban Sánchez Fernández, más conocido como 'Chiquito de la Calzada', fue 'Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera'.

13 de octubre de 2019

Deudas Sanas


Siempre he escuchado tópicos como "la edad pasa factura" o "los años no perdonan" con una actitud burlona, casi desafiante. Hace no tanto, atravesaba las noches sin apenas dormir. Regaba mis vísceras con gasolina, mis piernas danzaban sobre un mar de adrenalina y llegaba fresco a la mañana siguiente para labrar campos de almendros, ordeñar diez granjas de vacas, correr una maratón o atravesar el Estrecho de Gibraltar a nado. No sé en qué momento reciente todo cambió: los primeros plazos del crédito de salud que creía infinito habían vencido y mi cuerpo decidió empezar a saldar cuentas pendientes.

10 de octubre de 2019

Viajar pegados

"Perdone, pero se ha sentado usted en mi asiento", me dijo una señora desconocida de voz amable. Me mostró su billete y ambos comprobamos que habíamos sido asignados en el mismo asiento. La tripulación apremiaba a los pasajeros a sentarse, por tanto optamos por la opción más sensata: me senté en las piernas de la señora. Tras un viaje de cuatro horas, descubrimos que nos habíamos quedado pegados el uno al otro. Probamos médicos, alquimistas y magos, pero ninguno consiguió separarnos.

Sentados, en un nuevo viaje, un nuevo desconocido nos ha interrumpido: "Perdonen, pero se han sentado ustedes en mi asiento".