25 de mayo de 2016

La Chispa

Mientras el pueblo parecía sumido en el letargo, sus protectores, que se habían erigido también como terratenientes, se dedicaban a lanzarles sus propios excesos. Un día fue el aumento de la jornada laboral, otro que se les pudiera despedir sin casi indemnizarles, mientras les repetían una y otra vez que eran tiempos difíciles, que debían entenderlo y hacer un considerable esfuerzo. Aunque hubiera sido medianamente fácil taparles la boca, no hacía falta, puesto que se habían acostumbrado a aguantar aquel peso y nadie sentía ni veía ningún lastre sobre sus gastadas espaldas.
Un día una chispa brotó y el pueblo se entregó a las llamas. Habían soportado un vertedero maloliente, pero hasta que no comenzó a arder nadie había dado cuenta de su existencia.

Microrelato seleccionado para Tomo y Lomo de Carne Cruda.
Se puede escuchar su radiación en este poadcast

4 comentarios:

  1. Me ha encantado, sigue subiendo microrrelatos así. Es genial leerlos:)
    ¡Un beso y felices lecturas!

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    1. Muchas gracias, Sara. Este es un poco chapucero, hecho en unos minutos, te invito a leer otros que hay por aquí. Invitada estás. Nos leemos, saludos!

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  2. Excelente microrelato, que nos lleva a reflexionar sobre el dolor de otros, que no nos paramos a mirar. Mis felicitaciones. Un abrazo. Comparto.

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    1. Supongo que es un dolor invisible destinado a hacerse muy grande por el tiempo oculto. Gracias por tus palabras. Saludos, nos leemos!

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