Hubo una vez un
tipo que se propuso huir de sí mismo. Caminaba sin rumbo fijo, intentaba correr
más rápido que el viento y se escondía en lugares recónditos. Sin embargo, al
comprobar si había logrado su propósito, descubría que la persona de quien
trataba de escapar se mantenía impasible junto a él.
Cansado de intentos fallidos y estratagemas imposibles, engañado
por profesionales de la huida que prometían golpes perfectos, urdió un plan que
creía infalible. Aunque ya poco pueda importarle, si estuviera vivo se sentiría
decepcionado por el fracaso de su huida y la condena a seguir atado a sí mismo
por toda la eternidad.
Genial, un texto con un final del todo imprevisible.
ResponderEliminarBuenas Manuela,
Eliminarme alegro de que te haya gustado! Mil gracias por leer!
Muy linda reflexión.
ResponderEliminarUn placer que te haya hecho reflexionar! Saludos.
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