29 de septiembre de 2018

La Ley Invisible


La euforia de concluir su primera obra se desvaneció al leerla. Un reguero de incertidumbres le paralizaba y la ilusión de crear dio paso al espanto. El joven escritor se lamentaba por haber sido tan diáfano y se angustiaba al preguntarse si su historia podría molestar a alguien. Se odiaba por haber sido él mismo.
Al poco tiempo optó por escribir una historia de amor entre la hija de una familia noble y el jardinero de la casa. No hubo lugar a la controversia y la obra fue galardonada en varios certámenes, la crítica lo adoraba y su editor se frotaba las manos. Mientras tanto su genuina creación aguarda en silencio cubierta de polvo.

2 comentarios:

  1. Resume muy bien la situación a la que se ven expuestos muchos autores, que deben ajustarse a las normas que rige el mercado editorial.

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    1. Buenas Alicia. Sí, algunos de esos márgenes son impuestos por los intereses de las editoriales, basados en si gustarán o no a los demás, lo que lleva a una limitación de la creatividad preocupante. Gracias por leer y comentar! Saludos!

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