Desde que me mudé de casa, he sido
víctima de los antojos y extravagancias de una familia de muertos. La vivienda
era modesta y los techos de basta altitud remarcaban su antigüedad. Además de
la cercanía al centro y al puesto donde calentaba el culo, al que entre mis
allegados me refería como trabajo, me atrajo su ínfimo precio. Al parecer la
vivienda llevaba vacía diversos años y los intentos por buscar inquilinos
habían sido infructuosos, desatando la frustración y el enojo entre dueños e
inmobiliarias.
Relatos empolvados, infames bocachancladas y reseña literaria por Rafalé Guadalmedina.
24 de septiembre de 2019
17 de septiembre de 2019
Sobre Concursos Literarios
El joven que escribía pensó que sería buena idea presentar sus torpes palabras a un certamen literario. Quería que sus historias volaran hacia ojos críticos, medir su ego con el de otros desconocidos que también se manchaban por afición las manos de tinta y si el camino le repercutía un pellizco, una comilona o una entrevista, mucho mejor. Tras una búsqueda concienzuda, dio con un concurso que convocaba el ayuntamiento de un pueblo perdido entre olivos y almendros. El tema era libre, así que compuso un texto sobre un sanguinario pirata que se quedaba repentinamente en paro y se reciclaba como monitor de comedor escolar.
Le añadió una pizca de picante y sal a la historia y metáforas de tres al cuarto, sin pasarse pues los paladares de los jurados de hoy en día se habían vuelto tibios, siendo alto el riesgo de salar, empalagar o amargar. El joven que escribía pasó noche y día escribiendo, mientras en su casa se amontonaban los cartones de pizza y el papel de aluminio de kebab que conformaban su único método de supervivencia. Después lo repasó una y otra vez, lo pulió, intercambió el final con el principio diez veces. El pirata se transformó sucesivamente en payaso, mafioso, cura, león y de nuevo pirata. Casi cuando estaba por mandarlo, se lo dejó ver a dos o tres amigos de su confianza. Le dijeron que era lo mejor que se había escrito desde 'El Alquimista', por lo tanto supo que todo estaría mal, el tema manido y el final previsible. Finalmente, aburrido de leer y releer, se decantó por entregarlo.
Le añadió una pizca de picante y sal a la historia y metáforas de tres al cuarto, sin pasarse pues los paladares de los jurados de hoy en día se habían vuelto tibios, siendo alto el riesgo de salar, empalagar o amargar. El joven que escribía pasó noche y día escribiendo, mientras en su casa se amontonaban los cartones de pizza y el papel de aluminio de kebab que conformaban su único método de supervivencia. Después lo repasó una y otra vez, lo pulió, intercambió el final con el principio diez veces. El pirata se transformó sucesivamente en payaso, mafioso, cura, león y de nuevo pirata. Casi cuando estaba por mandarlo, se lo dejó ver a dos o tres amigos de su confianza. Le dijeron que era lo mejor que se había escrito desde 'El Alquimista', por lo tanto supo que todo estaría mal, el tema manido y el final previsible. Finalmente, aburrido de leer y releer, se decantó por entregarlo.
3 de septiembre de 2019
Así En El Cielo
Os presento un nuevo relato 'Así En El Cielo', relato incluido para el especial Fin Del Mundo del boletín literario valenciano Papenfuss. En dicho especial se recoge un espectacular plantel de escritores que han escrito unos relatos impresionantes. Pinchando este enlace podéis acceder a la versión digital del número especial. También podéis leerlo en las siguientes lineas...
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Aquella
mañana amanecí maldiciendo al móvil por no haberme despertado a la hora que él
y yo habíamos acordado. Eran cerca de las diez y debía estar exponiendo una
serie de datos que había maquinado la noche anterior ante nuestro principal
cliente. El cliente en cuestión estaba representado por un señor que pasaba la
cincuentena, con aspecto de santurrón, el cual poseía una barriga hipnótica que
escapaba de los límites que le marcaba su camisa de raya diplomática. Durante
una hora cada dos semanas, le presentaba una retahíla de resultados y gráficas
que ni yo mismo entendía, tratándole de convencer de que los beneficios de su negocio
crecerían con nuestra ayuda y de que continuara apoquinando y confiando en
nuestra seria y reputada empresa. Él solía asentir sonriente y, una vez
satisfecho, me invitaba a atiborrarnos de platos de jamón y rebujitos en un
local colmado de imágenes de vírgenes y hombres crucificados, hasta que éste caía
noqueado. Cariñosamente, le llamábamos el Cerdito Piadoso.
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Ubicación:
Valencia, España
27 de julio de 2019
Despedida En La Granja
Este
pasado fin de semana estuve en mi primera despedida de soltero. Se trataba de
la protagonizada por uno de mis grandes amigos: Oso Jones, al cual conocí
cuando ambos cursábamos económicas en la universidad. Él había venido en un programa
de intercambio entre osos pardos de Alaska y colibrís locales que iban a
aprender inglés en sus gélidas praderas. Tras probar nuestro suave clima y el
salmorejo, el rebujito y las fiestas flamencas, Oso Jones se enamoró de una
muchacha de por aquí, fue correspondido y decidió establecerse definitivamente
por estos lares.
23 de julio de 2019
Fiebre de la Opulencia Moderna y el Ostracismo (FOMO)
Tengo
la sensación permanente de que hay algo que me estoy perdiendo. El tiempo pasa
y yo me lanzo decidido contra él. Trato de abarcar toda su extensión y exprimir
cada uno de sus segundos como si de una naranja se tratase. Sin embargo,
siempre caigo derrotado, extasiado ante su persistencia y ahogado por las
manecillas del reloj.
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Caricias,
Cuchilladas,
Relato
Ubicación:
Pisa, Italia
14 de julio de 2019
El Hombre Que No Deberíamos Ser
Hace
algunas semanas, alguien cercano tuvo a bien regalarme El Hombre Que No Deberíamos Ser de Octavio Salazar. Se trata de un
breve ensayo en el que se esboza un retrato del hombre actual remarcando sus carencias
en perspectiva de género con tal de corregirlas. Es este un tema de gran
relevancia y atención social y mediática, lo cual me brinda apasionantes
discusiones, notas de audio de varios minutos y algún que otro enfado. No niego
que ciertas posturas, dentro de la necesaria determinación y firmeza de parte
del movimiento feminista, junto a mi propio desconocimiento, me transmiten en
ocasiones incomprensión y, alguna vez, disentimiento.
Ubicación:
Pisa, Italia
12 de julio de 2019
La Ciencia de la Vergüenza Ajena
Ir
de congreso es una aventura comparable a convivir con una tribu de la selva
africana.
Cargado de ilusión, con ganas de
aprender y compartir mi humilde conocimiento, empaqué mi petate y crucé medio
país y parte del extranjero en avión, tren, autobús, blablacar y, finalmente,
autostop en un camión cargado de ganado porcino. Al llegar a la ciudad del
evento, diluviaba a cántaros y el lujoso hotel que me había reservado la
organización, estaba localizado en lo alto de una colina, a una media hora de
distancia a pie. Completamente empapado entré en la recepción. Allí me
indicaron que, a pesar de contar con unas encantadoras vistas de la frondosa
región, mi habitación estaba situada en el sótano debido a un percance de
última hora. Además, me avisaron de que como el armario de mantenimiento estaba
situado en mi habitación, el conserje, el jardinero y el servicio de limpieza
podrían entrar a cualquier hora del día o de la noche a mi habitación. El
cuartucho no tenía ventanas y no cesaba el estruendo de los comensales
revoloteando por el salón. El colchón estaba tan vencido que me recordaba a una
de las colchonetas donde saltaba de niño en la feria de mi pueblo.
14 de junio de 2019
Microrrelato Ilustrado
Los amigos del boletín Papenfuss han ilustrado un breve relato que escribí en el metro. Debo recordar que, como todos mis relatos, no es autobiográfico, aunque la realidad nunca está alejada de la ficción...
Etiquetas:
Microrrelato,
Papenfuss
Ubicación:
Roma, Italia
23 de abril de 2019
Paredes
Hay veces que es necesario observar detenidamente a las paredes. Refugiarse en su cálido silencio, ser liso como su tacto, pintar la mente con su blanco y contagiarse de su aparente sencillez.
Entre el yeso y el ladrillo descubro que hay veces que es necesario preguntarse en lugar de contestar.
15 de marzo de 2019
La Convicción Del Convicto
Nada más salir del juzgado, el
condenado se refugió en el primer bar que encontró. Su boca era una mezcla
pastosa de incomprensión y frustración que ansiaba regar. Bebió una cerveza
tras otra mientras trataba de convencerse de que todo había sido fruto de un
error, que no era él el culpable. Una sucesión desordenada de imágenes sacudía
su cabeza sin que pudiera darle un sentido lógico. ¿Seguro que había sido él?,
se preguntaba sin cesar. De forma desesperada necesitaba demostrarse que era
incapaz de un hecho tan atroz.
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Caricias,
Cuchilladas,
Relato
Ubicación:
Valencia, España
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