La evolución está extinguiendo una serie de tradiciones que han perdurado en el dilatado paso del tiempo. El hombre ya no vive en cuevas, los sacrificios humanos bajo el pretexto de algún credo han cesado y la esclavitud es una práctica casi extinguida. Otro que se ha visto abocado al ostracismo es el Espíritu Santo. Con la aparición del test de paternidad no hay duda posible: ya no quedan señoras que han sido inseminadas de forma aleatoria por la gracia de Dios.
Son estos malos tiempos para pamplinas.
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