En mi particular cruzada por compartir y debatir ideas sobre
política y las elecciones que tenemos a la vuelta de la esquina, desde un clima
de respeto y una posición abierta, he topado con un perfil que, imagino fruto
de la casualidad, se repite sistemáticamente. Por supuesto, puede leerlo con
tranquilidad, estoy seguro de que usted no responde al perfil planteado. No soy
sociólogo y he de advertir que soy considerado frecuentemente como bocachancla,
pedante e irrespetuoso, con lo cual es posible que mi estudio sea erróneo,
hiera ciertas sensibilidades o tenga unas terribles ganas de mandarme a freír
espárragos. Por anticipado os pido que aceptéis mis disculpas, no lo hago con
maldad.
El perfil presentado en cuestión responde a una persona de
sexo indiferente y una edad joven/media. Normalmente, cuenta con una formación
media/avanzada, perteneciente a una clase social de perfil media/baja, tiene
cierto interés en la política nacional y confiesa que votará en los comicios
del domingo. Para preservar el anonimato de las personas que responden a este
perfil, no revelaré el partido al cual tienen decidido emitir su voto, por
tanto, a partir de ahora, nos referiremos a esta opción como Partido Naranja y
a su líder y candidato Alberto Arroyo, nombres totalmente ficticios.
La experiencia del estudio, nos revela que el perfil
analizado responde a las siguientes características:
i) Afirma que las razones para votar al Partido Naranja se
basan en la coherencia de su líder, Alberto Arroyo, la buena presencia del
mismo, así como la postura estoica frente a temas vitales en su día a día como
la independencia de Catalunya, la voluntad de firmar un pacto de Educación, la
supresión del Senado y Diputaciones y, por supuesto, que garantiza su libertad
y seguridad al tener una posición férrea contra la terrible y latente amenaza
del yihadismo. Una parte pequeña, confiesa haber votado en el pasado a otros
partidos que considera caducos, pero sostiene satisfecho que hay que avanzar
hacia la regeneración y dar paso a la política nueva.
ii) Al ser cuestionado por otras medidas del Partido
Naranja, como el contrato único o el complemento salarial, responde que deben
ser buenas porque son apoyadas por un sinfín de economistas de postín, los
cuales no sabe citar, y que se aplican en países tales como Dinamarca, ejemplo
de desarrollo y prosperidad. El diálogo revela que el sujeto no sabe citar
detalles concretos de la medida tales como indemnizaciones por despido, diferencias
con la Reforma Laboral actual o la forma en que se aplicaría. Aun así, reafirma
que es la mejor medida y que acabará con el paro.
iii) Cuando se plantea la remota posibilidad de que ese tipo
de reformas pudiera implicar la desprotección del trabajador y aumentar la
temporalidad, sostiene que los empresarios deberían tener más herramientas para
hacer y deshacer ya que ellos son los que, claramente, traen la prosperidad al
país y los que nos sacarán de la crisis.
iv) Al reconocer que desconocen más medidas propuestas por
el Partido Naranja, sin ser estimulados para hacerlo, sonríen y de forma
enérgica muestran una loable habilidad en el cambio de tema de conversación
para hablar de otro partido, el cual también concurre a las elecciones, al cual
llamaremos Partido Morado y a su líder le llamaremos Paolo Chiese.
v) En su encendida crítica contra el Partido Morado emplean
argumentos de peso, perfectamente ensamblados y madurados, que revelan que
dicho partido apoya dictaduras tales como la de Venezuela, que en su cúpula
existen corruptos como Juan Carlos Cartera, que han sido financiados por países
como Venezuela e Irán, que tampoco piensan pagar la deuda y que pretenden dar
"paguitas" a todo el mundo.
Aunque no suele ser habitual, un pequeño reducto que
responde a este perfil, añade que el Partido Morado no condena la violencia de
ETA, que inundará las calles de inmigrantes –a los cuales no está del todo
claro que merezcan tener el trato de igual–, que sostiene políticas que han
llevado a la ruina a países como Venezuela, la extinta URSS o que califican que
Paolo Chiese sostiene el totalitarismo y no puede ser un presidente serio ya
que se recoge el pelo con una coleta.
Para ello, no vacila en defender y apoyar a terroristas por
el honor que supone ser opositores al gobierno venezolano –aunque muestran un
objetivo desconocimiento sobre la situación social, política y económica, y
eluden dar más detalles sobre la situación de dicho país que no sean
calificados como ruina o desastre–, defender el legítimo derecho que tienen los
acreedores del país a recibir el pago de sus deudas aunque fuesen reconocidas
internacionalmente como irregulares, dar un perfil mayoritario de holgazán a
las personas que reciben una prestación social, cuestionar la legitimidad democrática
de la II República y salvaguardar los intereses empresariales de
multinacionales que declaran millones de beneficio. Para mi sorpresa, el sujeto
no afirma poseer una empresa que facture millones o tener una vinculación clara
con la misma.
vi) Al ser preguntado por fuentes que sostengan las
informaciones citadas, suele recurrir a expresiones como "he leído no sé
dónde...", "he escuchado en...", "me han contado
que...", incurriendo, en rarísimas ocasiones, en algún error de
puntualización. En este punto, el sujeto suele ensalzar que es una persona
crítica, que lee, escucha o sintoniza varios medios de comunicación de
distintas índoles, contrasta información, es independiente y jamás nadie podría
manipularlo.
vii) Por último, se produce un silencio que se prolonga en
el tiempo. En este punto el perfil se bifurca en dos: prolongar el silencio o
redundar en los puntos iv), v) y vi) del estudio en bucles arbitrariamente
prolongables.
Insisto, como dije en el comienzo, que usted no responde a
este perfil y que es muy probable que haya una cierta componente de fantasía en
él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario