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17 de noviembre de 2019

¡A por el bote, oé!


En la noche del domingo pasado, frente a la sede de un partido que se define como muy español, una masa excitada de seguidores gritaba "Un bote, dos botes, español el que no bote". Tras dar cuenta del error de sintaxis, los cánticos se tornaron hacia un inquietante "A por ellos, oé", en el cual no quedaba claro a quién querían hacer referencia con ellos. A pocos kilómetros de distancia, en la sede del partido ganador, el ambiente no difería mucho. Una multitud contenida de simpatizantes coreaba "Con el de la iglesia sí, con el veleta no", mientras su líder trataba de acallarlos demostrando, más si cabe, una insólita pericia por evidenciar su torpeza.

23 de octubre de 2019

Lazos para la discordia


Dice un sabio cartagenero que "Tal vez una de las desgracias de España, y origen de tanto daño, es que demasiada gente sólo tiene amigos cuyas ideas y palabras se ajustan exactamente a las suyas". A lo que, debido a mi condición de paisano de nacimiento, me permito añadir que "Otra de las desgracias es la necesidad de legitimarse a costa de reprender al prójimo hasta el escarnio". Hablando del prójimo, cabe señalar el célebre Mateo 19:19, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, que algún capítulo después eleva a uno de los grandes mandamientos entregado por Jesús a sus discípulos. Estos tres pasajes se combinaron en Alicante el pasado sábado, elevándolo a la categoría de paradigma de estos tiempos convulsos.

17 de septiembre de 2019

Sobre Concursos Literarios

El joven que escribía pensó que sería buena idea presentar sus torpes palabras a un certamen literario. Quería que sus historias volaran hacia ojos críticos, medir su ego con el de otros desconocidos que también se manchaban por afición las manos de tinta y si el camino le repercutía un pellizco, una comilona o una entrevista, mucho mejor. Tras una búsqueda concienzuda, dio con un concurso que convocaba el ayuntamiento de un pueblo perdido entre olivos y almendros. El tema era libre, así que compuso un texto sobre un sanguinario pirata que se quedaba repentinamente en paro y se reciclaba como monitor de comedor escolar.

Le añadió una pizca de picante y sal a la historia y metáforas de tres al cuarto, sin pasarse pues los paladares de los jurados de hoy en día se habían vuelto tibios, siendo alto el riesgo de salar, empalagar o amargar. El joven que escribía pasó noche y día escribiendo, mientras en su casa se amontonaban los cartones de pizza y el papel de aluminio de kebab que conformaban su único método de supervivencia. Después lo repasó una y otra vez, lo pulió, intercambió el final con el principio diez veces. El pirata se transformó sucesivamente en payaso, mafioso, cura, león y de nuevo pirata. Casi cuando estaba por mandarlo, se lo dejó ver a dos o tres amigos de su confianza. Le dijeron que era lo mejor que se había escrito desde 'El Alquimista', por lo tanto supo que todo estaría mal, el tema manido y el final previsible. Finalmente, aburrido de leer y releer, se decantó por entregarlo.

25 de octubre de 2018

Consejos Para Aspirantes


Aunque nadie me lo haya pedido, me veo en la obligación moral de abrir este post para ofrecer una serie de infames e innecesarios consejos sobre cómo ser más prolífico y eficaz a la hora de escribir. Aspirantes y aprendices de escritor estáis de enhorabuena: ya podéis encargar vuestro Premio Planeta.

4 de enero de 2018

País de Piel Fina

Fruto de la serena observación y la exhaustiva investigación, he detectado una desconocida enfermedad de la cual me veo en la obligación de alertar. He de confesar que carezco de cualquier tipo de formación en medicina, ni falta que hace. Basta con no ser aliado de la ceguera, estar corroído por la hipocresía o rendido a la necedad cotidiana para darse cuenta del diagnóstico categórico. Cabría preguntarse por qué no hemos oído hablar de ella, quién ha escondido las certeras evidencias o derivado los síntomas hacia otros trastornos contemporáneos que, si bien existen, han conseguido agravar los daños de la enfermedad hasta convertirlos en devastadores e irreversibles. Sorprendentemente, esta plaga está especialmente arraigada en España. No estoy hablando de la impuntualidad, la predisposición genética por la corrupción, la veneración a símbolos religiosos y/o fascistas o el hablar a voces sin tener la más remota idea. Me refiero a una patología mucho más general, la vorágine que destruirá este país y a todos sus individuos. Hablo de tener la piel fina.

Todo comenzó en un restaurante de bien, en el transcurso de una cena con gente de la intelectualidad patria. Entre otros, allí se daba cita el dispensador de viagra de Vargas Llosa, uno de los negros de Pérez-Reverte, el chapero predilecto de Sánchez Dragó, el callista de Pedro Almodóvar, el camello de confianza de don Jaime de Marichalar y el mismísimo Rey del Pollo Frito, Ramoncín. Después de mantener una vibrante conversación sobre los beneficios que tenía para el sistema circulatorio miccionar haciendo el pino, se inició una encarnizada discusión en torno a la receta original del gazpacho andaluz. Aunque no debiera admitir dudas, el personal comenzó a desvariar con la composición del brebaje y a recurrir a rincones  inmundos de la red para granjear a sus argumentos cierto atisbo de autoridad. Mientras tanto, los más avispados del grupo guardábamos las sobras de la cena en bolsas de plástico. El conocimiento teórico y práctico del hambre determina la verdadera valía del intelectual. El debate gastronómico estaba al borde de hacerme perder los nervios cuando el mismísimo Ramoncín se atrevió a despreciar la sutil aportación del pimiento verde. Aunque uno se distingue por mantener la compostura ante cualquier situación, no tuve más remedio que reprender su desfachatez con un elegante y respetuoso “Eres un puto ignorante. El pimiento es al gazpacho lo que tus discos a un contenedor de basura”. Un silencio tenso congeló el ambiente y el decadente actor, escritor, cantante y parásito -en orden creciente de ocupación- se marchó del lugar soltando un bufido airado.

1 de septiembre de 2017

La Entrañable Moda De Ser Subnormal

El mundo avanza veloz, como una estrella fugaz hacia su propia destrucción con la que deleitarse de su precioso rastro de luz. Ese ritmo endiablado, del cual como integrantes ocasionales también estamos impregnados, no da lugar a una objetiva, calmada y necesaria reflexión del mismo. Asumimos procesos intrínsecos que aceleran la devastación, nos vanagloriamos de los mismos y en algún caso los encarnamos consciente o inconscientemente. En los últimos tiempos uno de ellos se está arraigando con fuerza: el ser profundamente subnormal. Entrañable, eso sí.

15 de junio de 2016

Blablabluf

Somos estúpidos, pero, aun así, entrañables. Aunque todavía se desconoce el verdadero motivo y haya multitud de controvertidas teorías, todos los seres hemos sido agraciados con una existencia. Según cómo se mire, esta puede ser más o menos interesante, dinámica, exitosa, divertida, vital o personal. Sin embargo, en muchas parece repetirse un rasgo común que se expande como una plaga: el esfuerzo por demostrar que nuestra existencia, por mísera que sea, es un circo de cinco pistas donde el ilusionismo, el espectáculo y las piruetas imposibles se suceden de forma magistral ante el asombro del público. Afortunadamente, aún conservamos intacta la elección entre pagar y aplaudir hasta que las ampollas pudran nuestras manos, o bien liberar a las desdentadas fieras e incendiar la fanfarria antes de que esta termine por desmoronarse y enterrarnos definitivamente.

16 de marzo de 2016

El Orgullo De Ser De Letras

Camaradas de letras del mundo, ¡uníos y luchad! No temáis si alguna vez sois infravalorados, no os disculpéis por vuestra loable condición, no penséis que vuestra formación está agujereada o que sois menos capaces que otros. No tengáis miedo, no estáis solos en esta lucha. Somos la mayoría y tenemos la razón olvidada en un rincón. A expensas de gritarlo a los cuatro vientos, recibiremos la merecida rendición universal. Nuestra revolución empieza por asumir el hecho, que no por tópico, adolece de credibilidad: no somos de ciencias, somos de letras y estamos injustamente subestimados. Sirva mi humilde caso como una sólida e irrefutable muestra de reafirmación colectiva.

Tuve claro que nunca sería de ciencias desde el momento en que oí aquella misma frase pronunciada por unos labios sinceros. Entonces, una especial conexión sacudió mi cuerpo y vi reflejado el estatus que el destino me había reservado. Recuerdo haber vivido aquel pasaje a una edad tan temprana que no descarto la posibilidad de que constituyera una experiencia non nata. De esta forma, estoy seguro de que mi tortuosa relación con la aritmética y mi amor por la palabra colmó las células progenitoras que me alumbraron, siendo éste un carácter en mí irreducible. Entendiendo que las teorías del destino puedan dar lugar a controversia, he trazado una sólida argumentación que prueba mi predisposición como una combinación de circunstancias externas e imposible de revertir. Tal es su grado de exactitud que podría acomplejar a las más sólidas teorías de la geometría, álgebra o a la mismísima relatividad.

31 de enero de 2016

La Abolición De La Autocrítica

Cada día que pasa se hace más evidente un secreto diabólico: la R.A.E. ha borrado de su diccionario la palabra autocrítica. Según sus miembros, la institución, que “tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes”, ha procedido a eliminar el término al haber quedado en desuso. Fuera del debate de si es o no una buena decisión a nivel lingüístico por aquello de conservar la identidad y riqueza del idioma, lo cierto es que la supresión de la autocrítica supone un alivio para una gran parte de la ciudadanía, independientemente de su condición social. De esta forma, no sólo se permite, sino que está bien visto afilar el morro sin ningún tipo de pudor para disparar dardos dialécticos contra todo y todos.

Aunque existe un despreciable riesgo de molestar a otras personas con reproches bienintencionados, infundios sin malicia o cariñosos insultos, no hay que perder de vista que todos los cambios se hacen para bien y éste no podía ser menos. Metiendo el dedo en el ojo de los demás, señalando sus errores, cuestionando decisiones sensibles, conseguimos disimular las miserias propias, ventilar la mierda del de enfrente para que la nuestra parezca eau de rochas y lo mejor de todo: pasar por seres pluscuamperfectos que nunca se equivocan, que fueron tocados por una varita divina en algún momento de sus ejemplares vidas y que aguardan turno para la beatificación o ascender al mismísimo Olimpo.

17 de enero de 2016

El No Porque No

Como símbolo de cambio y ondeada por brisas de aire fresco, se alza la bandera del diálogo y la pedagogía. Son estos los pilares sobre los que se asienta un nuevo período, un período de prosperidad e ilusión que, se espera, enterrará las desavenencias y los errores pasados. Los que ensalzan este talante afirman que resulta enriquecedor el intercambio de ideas y argumentarlas con rigor, ser profundo a la vez que conciso y tratar, en la medida de lo posible, de cimentar un criterio coherente. Para dar validez a los juicios emitidos, emerge la valía de la información objetiva y contrastada por fuentes fiables, no dejarse engatusar por titulares tendenciosos y ajustar el tono y las formas a lo políticamente correcto, al sosiego y al respeto.
Por si esto no fuera suficiente, es imprescindible atender a opiniones diferenciadas con una actitud abierta y empática. No basta mostrar cierto interés por las posiciones ajenas, asintiendo repetidamente en silencio con una sonrisa cortés a la espera del turno de réplica; sino que también hay que interiorizar las nuevas opiniones por disparatadas que estas sean, confrontarlas a las nuestras con espíritu crítico en pos de encontrar el camino de la verdad y la razón. Un camino del que los más optimistas del lugar, rozando la utopía, se atreven a describir como el único posible para alcanzar el sueño de la libertad.
Pues bien, a todos los creyentes de esas teorías y a los que pretenden convertirse a ellas para adaptarse a los nuevos tiempos, ya sea por inercia, aburrimiento o placer, he de advertirles con toda la humildad que me contempla, el respeto que siento por sus convicciones y el noble sentimiento de justicia moral que me embriaga, que son ustedes unos meros ilusos, que no tienen ni pajolera idea de nada, que sus cándidas intenciones han sido prostituidas para engañarles vilmente. Además, sin ánimo de ofender, les aconsejaría que se arrodillasen ante mí y que abrazaran la doctrina verdadera y el único camino a la felicidad y el bienestar individual: el no porque no.




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7 de enero de 2016

No Te Lo Perdonaré Jamás

Como colofón a la Navidad, ese período en el que se conmemora el nacimiento de nuestro Señor, es tradición celebrar la adoración de los tres Reyes Magos. Tal y como precisan de manera rigurosa las sagradas escrituras, el trío viajó en camello desde Oriente a Belén para obsequiar al recién nacido hijo de Dios con mirra, incienso y oro, con la precisa guía de una estrella que les marcaba el camino. Años más tarde, rebosantes de ese espíritu navideño de generosidad para con los demás y cargados de buenos propósitos, con las arterias desobstruyéndose por la ingesta de jamón de pata negra, los niveles de ácido úrico tornando a la normalidad y el sacacorchos resoplando ante el esfuerzo de días sin descanso, se conmemora el evento en forma de cabalgata que tanto esperan los más pequeños y también los más grandes.
En el desfile, los Reyes Magos se abren paso subidos a enormes carrozas mientras su séquito reparte un poco de ese espíritu carente en nuestra sociedad a base de caramelos de sabores. Entretanto, el pueblo se lanza a las calles en masa y muestra ese arrojo de fraternidad navideña rivalizando por preciosas muñecas, balones de playa de prósperas y caritativas firmas comerciales o sosteniendo un paraguas invertido para poder amontonar un mayor número de caramelos que finalmente, fundidos al calor de su envoltorio de plástico, verán la luz de su contenedor y no la del de otro vecino. No se trata solo de una cuestión de júbilo, puesto que de la rigurosidad de la recreación se sustentará la ilusión cándida de los pequeños. Seres que llevan todo el año eludiendo rabietas hasta casi quedarse sin respiración, obedeciendo sin rechistar las feroces indicaciones de sus malvados padres y conteniendo hacia dentro todo tipo de improperios y palabrotas para ser dignamente obsequiados por la gracia de los Reyes Magos. Para que puedan sentir, rodeados de útiles enseres y estimulantes entretenimientos de plástico, la misma sensación de humildad y bondad que el mismo Niño Jesús sintió en su pesebre de paja bajo la atenta mirada de los Reyes Magos.

18 de diciembre de 2015

Pedagogía Sobre Impuestos

Durante la recta final de campaña los partidos aceleran y ponen en marcha toda la maquinaria en busca de ese último voto indeciso. Indeciso, obviamente, porque en cuatro años ha estado tan ocupado que no ha tenido ni un solo segundo para encender la radio, leer la prensa, ver la televisión, navegar por internet, salir a la calle a por el pan o, en el mejor de los casos, porque tuvo la fortuna de ganar un sorteo para pasar la legislatura entera en una isla desierta con un collar hawaiano al cuello y poniéndose tibio de mojitos.
Algunos políticos, después de un período de encierro forzoso sudando la gota gorda por levantar el presente y futuro del país, discutiendo permanentemente entre ellos y llegando a acuerdos vitales, accesibles al eludir un despreciable murete de asesores, guardaespaldas o pantallas de plasma, se lanzan a las calles y descubren los beneficios de la luz solar a diferencia de la de los focos y del aire fresco en detrimento del acondicionado. Luego, pasa lo que pasa: el desconocimiento de la calle entraña ciertos peligros.

16 de diciembre de 2015

Estudio En Naranja

En mi particular cruzada por compartir y debatir ideas sobre política y las elecciones que tenemos a la vuelta de la esquina, desde un clima de respeto y una posición abierta, he topado con un perfil que, imagino fruto de la casualidad, se repite sistemáticamente. Por supuesto, puede leerlo con tranquilidad, estoy seguro de que usted no responde al perfil planteado. No soy sociólogo y he de advertir que soy considerado frecuentemente como bocachancla, pedante e irrespetuoso, con lo cual es posible que mi estudio sea erróneo, hiera ciertas sensibilidades o tenga unas terribles ganas de mandarme a freír espárragos. Por anticipado os pido que aceptéis mis disculpas, no lo hago con maldad.
El perfil presentado en cuestión responde a una persona de sexo indiferente y una edad joven/media. Normalmente, cuenta con una formación media/avanzada, perteneciente a una clase social de perfil media/baja, tiene cierto interés en la política nacional y confiesa que votará en los comicios del domingo. Para preservar el anonimato de las personas que responden a este perfil, no revelaré el partido al cual tienen decidido emitir su voto, por tanto, a partir de ahora, nos referiremos a esta opción como Partido Naranja y a su líder y candidato Alberto Arroyo, nombres totalmente ficticios.