Hacen
que queramos la comodidad, la rentabilidad, la puntualidad y la productividad.
Nos venden las maravillas de la neutralidad, la centralidad, la religiosidad,
la simplicidad y la estabilidad, inculcándonos la incapacidad, la temeridad, la
vulnerabilidad, la inferioridad y la debilidad.
Para cuando queramos despertar seremos juguetes de la
vulgaridad, la fragilidad, la inhumanidad y, finalmente, la invisibilidad sin haber
mostrado un ápice de perplejidad.
Qué bueno... y qué gran verdad. Me encanta que sea tan rítmico y a la vez deje un mensaje con tanta claridad y concisidad! (esa última me la he inventado, jeje)
ResponderEliminarMil gracias, concisidad!!
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